SÓCRATES



Hace unos días fui al teatro a ver la obra  “Sócrates, juicio y muerte de un ciudadano”. Aparte de recomendarla por su buena construcción teatral y su “actualidad”, simplemente quiero trasladaros aquí algunas de las frases recogidas en el propio folleto oficial informativo de la obra:

I.- Sócrates no escribió jamás una sola palabra. Sin embargo, la Filosofía griega se divide y se estudia en tres grandes bloques: los  pre-socráticos, Sócrates, y los post-socráticos. Ahí es nada. (No escribió nada, porque nada había que descubrir oculto o en solitario: era la coherencia de su vida, de lo que decía y hacía, lo que constituyó su “libro abierto” diario)

No cabe la menor duda de que Sócrates es una figura fundamental del pensamiento occidental. Su aura sigue proyectándose a través del tiempo hasta nuestros días. Su búsqueda de la verdad, su indagación mediante el diálogo sobre la moral, la honestidad, el conocimiento del hombre,  -dando por supuesto que el inicio es siempre una pregunta que incide en el no conocimiento-  le convierten en un ser singular y, por supuesto, en un ser peligroso para cualquier tipo de hipocresía, ya sea individual, colectiva, o incluso estatal y democrática.

Es esa condición insobornable lo que le lleva  a ser acusado por seres insidiosos cercanos al poder, de perversor de la juventud y negador de los dioses oficiales.  El resultado, avalado por gran parte de la ciudadanía, no puede ser más terrible e injusto: la ingesta de la cicuta que le producirá la muerte. Aceptando y asumiendo la sentencia, mostró así su altura moral y su compromiso con el sentido de la Justicia y la democracia

Esa joven democracia  que no digería la independencia, agudeza y ética de un hombre íntegro, valiente, irónico, coherente,  y enfrentado por su actitud a las oscuridades de un sistema ….llamado democrático,  dispuesto a devorar a sus más valiosos hijos.



¿Os suena todo esto a algo aplicado a nuestra realidad política y social?
Yo tengo una respuesta clara, y seguro que la mayoría de vosotros también la tenéis. Pero por el máximo respeto al propio Mario Gas, Director del guión y de la obra, citaré sus palabras finales:  “Dedico este espectáculo al pueblo griego, y a su gobierno, esperando que el caso de Grecia sirva para que avance la Europa de los ciudadanos y retroceda la Europa del gran capital”.  

Son sus palabras…. y -como preguntaría Sócrates- <<Si creemos que ciertas ideas son correctas y dignas de tratar de llevarlas a la práctica, ¿cuáles pueden ser las razones para no hacerlo?; ¿habríamos de pensar que no hacerlo está motivado porque a pesar de nuestras palabras seguimos adorando a otros dioses y nuestra conducta no guarda coherencia con lo que decimos?>>









   

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