BEETHOVEN – SANGRÍA – Y MAMBO



Este artículo tenía otro título inicial; pero de repente mis neuronas se pusieron a danzar y sentí la necesidad de cambiarlo y os confieso que lo más diablillo de mí disfrutaba de lo lindo pensando en vuestras posibles reacciones al leer este título.

¿De qué demonios va esto?
 
Pues todo comenzó cuando recibí de mi amiga Alicia un vídeo de una versión de la 5ª Sinfonía de Beethoven a ritmo de salsa, y que os ofrezco a continuación. En la portada de dicho vídeo se lee “Versión salsa es otra cosa”; y a través de ahí he encontrado foros en los que se alaba y critica dicha versión a partes iguales. ¿Es “otra cosa”?;  sí, efectivamente es otra partitura musical; ¿pero “peor”? ¿“de menor categoría”? ¿“algo inadmisible”?

Y desarrollando el contenido de este artículo recordé uno de mis más divertidos y familiares recuerdos de cuando era niño, en mi casa de Portugalete. Resulta que cuando nos juntábamos toda la familia siempre surgía la misma cuestión: a mi madre y a mi tía les encantaba la sangría, y mi padre y los demás eran principalmente de vino tinto, Rioja, y cuanto más bueno mejor. Aunque, la verdad, es que diariamente tomábamos un vino ordinario que nos traían en grandes barricas y que se pasaba a botellas con un embudo, labor que a mí me encantaba hacer aunque a veces me distraía y salía el vino por todas partes. Pero sí es cierto que siempre había en casa buenas botellas de Paternina, Cvne, o hasta alguna de Marqués de Murrieta.

Bien, pues el tema es que cada vez que se abría una de estas botellas especiales, mi madre y mi tía querían que ese vino se utilizase también para sus sangrías, lo cual provocaba la ira inmediata de mi padre diciendo que eso era un sacrilegio y una forma de estropear el vino, a lo que las mujeres contraatacaban diciendo que sacrilegio sería tirarlo por la ventana pero que utilizarlo para la sangría era simplemente hacer una sangría exquisita, con buen vino, y no con uno malo; máxime cuando era costumbre en nuestra casa utilizar lo que pudiese haber sobrado a lo largo de la comida para regar las fresas de postre, en vez de naranja, o nata.

Como digo, esto se repetía una y otra vez, y al final se fue imponiendo el criterio de mi madre y mi tía, quedándose en minoría los que defendían a ultranza la puridad de que un vino exquisito no se puede mezclar.


¿Es otra cosa?, Sí, por supuesto, ¿pero por qué pensar que peor?, es simplemente distinto, …

…. Distinto de lo que nosotros podemos pensar, o sentir; pero a lo mejor no es que nuestras ideas, nuestros gustos, nuestros valores sean los únicos ciertos, correctos, “buenos”; a lo mejor es que la intransigencia es lo que nos impide comprender a los demás, ….¡¡¡ y permitirnos a nosotros mismos disfrutar de nuevas y gratificantes sensaciones!!!.


En el Blog “Como Ser y Vivir Feliz” estoy desarrollando últimamente una serie de estrategias “domésticas”  de  “auto-regu-motivación emocional”; sencillas cosas que nos permiten encontrar en nuestro día a día vías de des-estresamiento y positivización. Y, entre ellas, me había referido a la música y a la danza. Y quería decir también algo sobre el humor y la risa.

Pues bien, en este artículo voy a reunir ambas cosas: lo comentado anteriormente sobre “las mezclas”, y en concreto en base a Beethoven, y el positivismo, humor y risa como estrategias de bienestar.

Lo primero, vamos a ver y escuchar el vídeo que me remitió Alicia y que dio origen a este artículo






¿Os ha parecido que era hacer una herejía con la 5ª de Beethoven?
¿Os ha gustado?
Y, por último, ¿os habéis divertido? ¿os habéis sentido bien?


Ahora os voy a poner un segundo vídeo, pero os voy a pedir que más que buscar la bondad, la mayor o menor corrección o perfección musical de la obra, os centréis en vuestras sensaciones de “disfrute”, os pido que tratéis de prescindir de “cuál es la obra” que estáis escuchando y simplemente viváis vuestras sensaciones corporales



¿Otra cosa?; puede.  ¿Más espectáculo que música?, puede.  ¿Gratificante?, sin duda para muchos


Y, en la misma línea, ahora os ofrezco una tercera versión, pues cada uno puede sentir más un marco u otro, un ritmo, u otro. Esta no es un vídeo propiamente tal. Podéis escucharlo sin mirarlo…. o mejor aún: escuchadlo dejando que vuestro cuerpo se mueva. En mi opinión es una versión extraordinariamente “disco”, y (como explicaba en un artículo anterior) ya sabéis que cuando uno se centra simplemente en cómo la danza se va transmitiendo a todo nuestro cuerpo y éste “fluye”, los problemas, las preocupaciones, el estrés se quedan fuera de nosotros.  No juzguéis la “versión musical”, simplemente sentid…. y danzad.






Y finalmente, os voy a poner una cuarta versión y voy a llevar más allá mi petición: os voy a pedir que oigáis “esta sangría”, y que os bebáis las copas disfrutando del buen vino con la que está hecha:  os pido que oigáis “este mambo”….cuyo contenido lleva como ingrediente la 5ª de Beethoven





Siempre existirá la posibilidad de tomarnos una copa de excelente vino saboreándola sola y en toda su intensidad. Siempre podremos escuchar la 5ª de Beethoven en toda su puridad y esplendor; pero ¿por qué no disfrutar de sus esencias con otras mezclas?


¿Qué es, pues, para mí, lo fundamental de todo lo anterior? La consciencia de nuestro auto-control. La consciencia de que sentirnos bien, o mal depende básicamente de nosotros mismos, de cómo valoremos y vivamos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos: Está en nuestras manos darnos pequeños placeres y disfrutar de ellos sin condicionarnos por las ideas o gustos de los demás. Está en nuestras manos la responsabilidad y la capacidad de saber cuáles son nuestras verdades, y cuáles pueden ser, por el contrario, nuestras renuncias y auto-engaños. Podemos ser más felices. Está en nuestras manos

Y si no lo logramos, quizás sea porque aún no hemos sido capaces de tomarnos las cosas con un cierto humor, y permitirnos reírnos un poco más.

Quizás nos lo permitamos con este “Concierto para máquina de escribir y orquesta”, interpretado por “Voces para la paz” (Músicos Solidarios)




















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anímate a aportar tus opiniones a todos los participantes del blog