Hace ya más de cuatro días que recibí, de mi amiga Cande,
la foto que preside este artículo. Fue una foto que me encantó, que me impactó,
que me emocionó, y de inmediato le contesté a Cande agradeciéndosela y
diciéndola que “la iba a compartir”
Y, “compartir”, en el 90…% de las veces, y para el 90…%
de las personas, consiste simplemente en coger la foto, darle al botón de
compartir, y punto.
Pero eso sería compartir simplemente la foto, la
estética, o la belleza de la imagen; pero no los sentimientos, los sentimientos
de felicidad y gratitud que yo sentí. Por eso,
“quería” hacer algo más, sentía dentro de mí “el deseo” de hacer algo
más.
Así que me puse manos a la obra, tratando de trasladar al
papel (¡¡PC!!) lo que yo sentía en mi corazón. Pero mi cabeza no se asoció de
inmediato con este sentimiento, y durante tres días he estado haciendo y deshaciendo
este artículo, no por su forma, ni tampoco por su fondo, sino por el grado de
satisfacción que me dejaba lo que iba haciendo, que nunca era el que yo realmente
deseaba
Y os aseguro que han sido unos días duros, pues mis dos “ángeles
custodios” de mi “bien-estar” (mi hija
DD y mi amigo Fidelio) no podían comprender por qué yo tenía “necesidad” de
complicarme tanto la vida; por qué no compartía sin más, o por qué no lo dejaba
sin más. Es así como parece ser que debemos de vivir las personas mayores que
ya “hemos trabajado demasiado”.
Pero es que yo no sentía ninguna sensación de hacer lo
que “deseaba hacer” por “necesidad”. Yo deseaba hacer esta transmisión de
sentimientos porque “me apetecía” devolverle a Cande parte de la felicidad que
ella me había proporcionado. Me estaba costando, sí, ¡¡y qué importa!!; ¿es que acaso yo me iba a sentir mejor
abandonando el tema?
Y ¿por qué me impactó tanto la imagen?
Hay un test, sencillo y generalista, que se usa para detectar
algún rasgo (especialmente en el plano del amor y sexo) determinante de la
personalidad de alguien de quien no conozcas ningún otro dato previo, en base a
algunas preguntas sobre el café, la bebida más extendida y universal en todos
los pueblos y culturas, y utilizada de forma variada para cada necesidad
individual y social; pues como decía el filósofo: “cada café te sabe distinto
según el momento y la compañía”
Cuando recibí la imagen que preside este artículo me vino
inmediatamente el recuerdo de dicho test, ya que yo, si tuviese que elegir una
imagen para identificar el mismo, creo que no habría ninguna más exacta que esa.
Y ello me llevó a darme una vuelta por la red para ver
imágenes que relacionasen el café, el sexo y el amor; ….pero “en haciendo eso” me di cuenta que la mayor
riqueza del tema café no es tanto la relación del café con situaciones
excitantes (qué sí) sino principalmente con el concepto de “variedad” y multiplicidad” de
identificaciones posibles que puede hacerse entre el café y los distintos
estados sociales y emocionales.
Pero como no quería escribir otro artículo específico
sobre la emocionalidad, ni sobre otros temas más o menos “demasiado” serios, me
pasé al campo que tanto me gusta: el de la música de acompañamiento, porque hay
quien ha definido el café como “música y acompañamiento”; es, si me lo
permitís, ritmo y Caribe, o ritmo y África, o caña y azúcar.
Así, que finalmente, me decidí por montar un conjunto de piezas
musicales que pudieran responder a esa variedad que representa el café: sólo o
con leche; largo o corto; fuerte o descafeinado; por la mañana, después de
comer, por la noche, o a todas horas; cuando se está solo o en compañía; para
relajarse o para estar despierto; caribeño, brasileño, africano, etc.
Así es también mi selección musical: variada. No a todos
os gustarán todas las canciones; quizás incluso a alguno no le guste ninguna….
Igual que al test hay contestaciones de todo tipo, hasta la de “uff, hace
tiempo que ya no tomo café”….
Esta variedad de canciones va de la primera canción “Le
Café”, interpretada por el cantante francés y humorista rupturista Oldelaf, hasta un final de cuatro variaciones
del tema de “Moliendo Café”
Hay canciones que tratan específicamente del café; otras
que se refieren al nombre del grupo cantante, y otras que han sido
interpretadas en distintos cafés, o arrastran connotaciones caribeñas.
Y tengo que confesar que sí, que por muchos cambios que
he ido haciendo estos días, el final siempre estuvo claro para mí: tenía que
acabar con un son cubano, interpretado por la “Vieja Trova Santiaguera” como
homenaje a mis queridos amigos del pueblo cubano
Disfrutad cada uno vuestro ratito de café y de placer, y
que esa satisfacción y bienestar lo llevéis a todas y todos cuantos os rodeen.
¡¡Sed felices y compartid con los demás!!
Para disfrutar de este conjunto de canciones debéis hacer
lo siguiente:
Pinchar en la siguiente imagen
Y eso os llevará a un archivo en red (CAFÉ-2-) en Google
Drive, cuya página tenéis que esperar a que se abra totalmente, mostrándoos lo
siguiente:
Entonces, debéis clikar sobre la flecha de descarga. Y descargar el fichero
en vuestro escritorio (o donde queráis),
y a partir de ahí verlo como
cualquier otra presentación (manual) de un pptx
En la tercera y cuarta diapositiva, están las imágenes de las 14 piezas de
música que contiene el fichero. Haciendo click en cada una de ellas se va a la
pieza correspondiente que se oye automáticamente sin hacer nada más que esperar
unos segundos
En cada diapositiva de pieza individual, se puede volver para atrás
haciendo click en la flecha roja que hay
al pié de cada una
Y por si acaso alguno no llega a ver la última diapositiva, aquí la tenéis
Y si alguien tiene dificultades, no dudéis en poneros en contacto conmigo
Cande, he tardado en compartir tu imagen; pero ahora
puedo compartir además la felicidad que tengo por haber sido constante en el
empeño que me propuse. Cuanto más nos cuestan las cosas más satisfacción nos
producen; y tú, y todas nuestras amigas y todos nuestros amigos se merecían este pequeño esfuerzo.
¡¡¡Sed felices!!!
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