“RELOJ PARADO”

Anoche tuve el gran regalo de estar en una amena cena con un grupo de nuevos amigos y amigas. Al final de la cena, con los cafés  -o tés chinos-  nos entregaron unos estuches de azúcar con frases, leyendas, consejos, proverbios, o como cada uno desee llamarlos. El mío me produjo un efecto tal de euforia y satisfacción interna que aún hoy me dura.

Decía exactamente lo siguiente:  “No existe nada, ni nadie, absolutamente equivocado e inútil en la vida;  pues… hasta un reloj parado, dos veces al día muestra la hora exacta”.

Esto me recordó que hace unos años, en medio de una relación mía con el mundo de los problemas de drogas con adolescentes, iba por la calle con una chica que había pasado por esa situación y nos encontramos con una persona  “tirada” en lamentable estado en medio de la vía pública; y estando comentando con ella la situación de esa persona me dijo: “Sabes qué me diferencia a mí de esa persona?”.  “¿El qué?”, le pregunté como respuesta. “Pues que él no ha tenido la suerte de tener alguien al lado cuando lo ha necesitado, como yo sí te he tenido a ti”.

Sí, a veces podemos sentirnos como un reloj parado, que ya hemos dado todo lo que podíamos de nosotros mismos, que ya no estamos al ritmo del resto del mundo; …. y, sin embargo, debiéramos pensar que siempre nos queda la oportunidad de ser alguien importante para quien realmente nos pueda necesitar.

No podemos hacer todo bien. No podemos hacer siempre cosas adecuadas. Nunca las haremos bien para todos. 

Pero siempre, en cada momento, podemos ser importantes para alguien; al igual que cualquiera puede sernos útil para nosotros. En el fondo, no somos más que personas para personas. No podemos dar más. Pero es que no necesitamos más. Si nos conformásemos con ser capaces de alargar nuestro brazo, abrir nuestra mano, aceptar la mano que nos llega, mirar a los ojos de la persona que nos mira, y decir, decirnos, “sí, quiero”…; quizás, sólo con eso, todos podríamos ser un poco más felices.

Nunca te sientas un reloj parado; ……escucha el latir de tu corazón…