CHARLA CON MI AMIGO FIDELIO



Desde hace unos años tengo un amigo único. Se llama Fidelio. Pocas personas lo conocen. No es de los que se dejan ver con frecuencia, pero siempre está a mi lado; diría que es como mi otro yo, una mezcla de voz de la conciencia y de espejo en quien verme reflejado. No suele criticarme mucho, aunque a veces lo hace, pero siempre me está planteando preguntas y alternativas para que yo encuentre mi verdad, para que nunca trate de engañarme a mí mismo, para que nunca me auto-destruya.

Por eso es un gran amigo. Por eso lo valoro tanto.

Ayer tuvimos una conversación sobre este blog. Bueno, realmente no es así. Cierto que comenzamos hablando del blog, pero en realidad pronto me hizo ver que el blog no era más que un instrumento, u ocasión sobre la que yo pudiera estar volcando ciertos pensamientos, deseos, sueños, o frustraciones, al igual que puedo hacerlo sobre cualquier otra cosa, persona o situación de mi vida.

No sé si a él le parecerá mal que airee aquí lo que hablamos; yo creo que no; pero, en cualquier caso él diría que elegir, decidir si yo publico o no esta conversación es su único objetivo de nuestra relación de amistad: enfrentarme con mis propias decisiones y ser consciente del porqué o el paraqué de las mismas.

Bien, pues como os digo, todo comenzó con la expresión de un sentimiento mío hacia el blog: “Fidelio, ¿sabes una cosa?, cada vez que abro el blog y descubro que apenas hay comentarios sobre los artículos publicados  me planteo para qué demonios escribo”

Y la conversación siguió más o menos de la siguiente forma
-- ¿y para qué escribes?

-- pues para transmitir mis puntos de vista sobre las cuestiones de actualidad que me parecen importantes

-- bueno, pues ese objetivo ya lo alcanzas: tú quieres expresar esas ideas y ya lo haces

--sí, claro, pero a mí me gustaría saber que la gente lee lo que escribo

-- pero eso también lo sabes, en las estadísticas del blog se reflejan 8710 páginas vistas al día de hoy, por tanto si hay gente que lee tu blog

-- bien, puede ser que lo lean, pero si no opinan nada al respecto para mí es como si no lo leyesen

-- mira, Carlangas (él siempre me llama así, como Maica y Polito que tanto me quieren), acabas de manifestar una de las razones ocultas más importantes que mueven a la mayoría de las personas: el aprecio, o no aprecio, que recibamos de los demás. Muchas veces no hacemos las cosas por el objetivo o satisfacción de hacerlas, sino a la espera de una valoración positiva de los demás. Muchas veces la autoestima no es tal sino que dependemos más de la cuenta de los demás.

-- vale Fidelio, eso lo tengo claro, y tú sabes que yo pienso igual que tú en esto; que así lo explico en mis talleres de Gestión Emocional, y que soy plenamente consciente de ello; pero todo es cuestión de grados: yo no “dependo” de lo que me valoren los demás, pero sí me gustaría ver que “mi obra” tiene algún provecho para alguien.

-- mi querido Carlangas, ya estás aplicando tu enorme habilidad dialéctica para no ver las cosas de forma sencilla. Efectivamente hay grises en la vida, no todo es blanco o negro, pero no te empeñes siempre en desdibujar el blanco o el negro a base de grises. Si tú, en este momento me estás diciendo lo que me estás diciendo, es que tu dependencia de la valoración, del aprecio de los demás es real y te hace sentirte “no feliz” al menos.

--joder Fidelio, claro que me sienta mal recibir tan pocos comentarios, de eso estamos hablando, pero ese sentimiento no me impide ser “suficientemente feliz”, lo único que te estaba planteando es que me gustaría que mis escritos provocasen más reacciones para sentir, para vivenciar, que este camino del blog es positivo para alguien.

-- mira Carlangas, vamos a ver unos cuantos puntos concretos. (…y ahora empezará con a, b, c,…1, 2, 3….; que tanta risa le produce a Debbie):
            1º.    Tú escribes los artículos del blog porque crees que pueden ser útiles para alguien, ¿sí, o no?. Sí, le contesté. Pues si lo crees así tu conducta debe estar basada exclusivamente en eso, en esa creencia positiva, social, tuya, y no preocuparte de si tienes respuesta o no.
           2º.    Cuando tú que siempre estás leyendo libros y artículos de opinión, o viendo las tertulias políticas de la TV, encuentras algo que te genera una reacción o sentimiento positivo, ¿llamas o escribes inmediatamente al autor de esa frase, artículo o idea?, ¿no?, ¿entonces por qué tienen que hacerlo los demás contigo?
          3º.    ¿No es cierto que a través del Facebook recibes  varios “me gusta” sobre las publicaciones que haces en esta red?

-- ah sí, claro  -le interrumpí-  los “me gusta” de Facebook. ¿Y tú no sabes  “incordio sin patas” (o “enano”, que son algunas de las formas cariñosas de dirigirme a él cuando empieza a tocarme los cataplines) que darle a ese click  y no añadir ningún comentario  es la mejor forma de decirle a uno que “cumplo con mi deber social o de amistad de añadirte un “me gusta” pero, en realidad,  no he leído tu artículo”?

-- y tú no eres capaz “Dios sabelotodo”  (esto lo dice cuando ya me quiere dar un buen toque de atención) de  dejar de   “presumir” las acciones de los demás. ¿cómo puedes estar seguro de que no lo han leído?; ¿es que tú cuando mandas un “me gusta” nunca has leído la publicación que valoras?, si tú si las lees, ¿por qué tienes que pensar que los demás no?;  y si tú tienes tiempo para contestar cuanto quieras, además de irte a la playa, pasear, ir al cine, y demás actividades de jubilado, ¿por qué exigir a los demás que dediquen parte de su escaso tiempo disponible a satisfacer tu ego?

-- mira Fidelio, te estás poniendo en un plan que no viene a cuento; yo simplemente te había comentado que me gustaría recibir más reacciones a las publicaciones del blog, y ya me estás destripando mi alma sobre mis exigencias de satisfacción del ego, y demás. ¿No podemos hablar en un plano más sencillo?

--sí, por supuesto que podemos hablar en un plano más sencillo, y hasta podemos hablar del resultado del partido de ayer, o de si está haciendo más frio de lo normal, o más calor; pero de esto hablas cada día con cualquiera, y hablar como tú y yo nos hablamos, sólo algunos, y en pocas ocasiones, tienen la suerte de poderlo hacer. No se trata de si nos estamos machacando con cosas “demasiado” serias, se trata, Carlangas, de que encontremos nuestra verdad, las verdaderas razones por las que actuamos y por las que nos sentimos felices o no felices….

Y más o menos así continuamos un rato. Finalmente Fidelio me dijo: mira Carlangas, si tú crees que tu misión en la vida ahora es  -como tú dices-  “aportar” a los demás lo que llevas dentro, y lo haces con la creencia de que puede serles útil de una u otra forma, pues hazlo sin más, sin necesitar respuesta alguna; si llega, perfecto; si no, ello no querrá decir que tu acción no haya sido provechosa. Y si no te llegan respuestas a tus escritos, habla, relaciónate físicamente con otras personas, y transmíteles lo mismo cara a cara, mirada a mirada, corazón a corazón.

¿Comprendéis por qué aprecio tanto a mi amigo Fidelio?

Así que aquí os “aporto” mi charla con Fidelio y que ….os ayude a ser felices






4 comentarios:

  1. Yo si que los leo,y tú sabes que me estás aportando mucha ayuda.Saludos a ""Fidelio"" y besote para tí

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  2. Gracias Carmen, en nombre de Fidelio y en el mío, y todos nos aportamos ayuda a todos cuando abrimos nuestro corazón tanto para dar como para recibir, y abandonamos pre-juicios y ataduras educativas y sociales

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  3. Begoña Sáenz14/8/14, 0:54

    Ja, ja,ja. Que bueno. Tengo que decirte que yo que os conozco a los dos, Carlangas y Fidelio, me ha encantado vuestra conversación y también tengo que decirte (aunque te moleste un poquito), que estoy totalmente de acuerdo con Fidelio. No le dés tantas vueltas a las cosas, no reflexiones tanto, que te vas a quedar sin neuronas. Te voy a poner un ejemplo, tu que eres tan aficionado a la radio, que no puedes desayunar si no la tienes puesta (bueno si puedes, pero no disfrutas igual el desayuno,ja,ja,ja), esos programas que tanto te gustan de diferentes temáticas, ¿ tu crees que el pobre hombre o mujer que está encerrado entre unos cristales con un micro abierto durante un tiempo y muchas veces sólo o sóla en el estudio, se plantea si alguién le está escuchando?, No, rotundamente, No., llegan, hacen su trabajo, lo dan todo en ese momento se dirigen a la gente y ya está, no se lo plantean porque sino terminarían todos locos de atar y la radio se acabaría. Tu lo oyes, lo disfrutas....pero no le llamas al locutor para decirle tu opinión y manifestarle así que le has prestado atención. Carlangas, no le dés más vueltas. Estás haciendo un trabajo magnifico con el blog que le sirve a mucha gente y también a ti mismo...no lo olvides. Yo si te leo y también opino.....aunque a veces tarde en hacerlo.

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    1. Realmente es una suerte poder tener a un amigo como Fidelio a mi lado; ....sobre todo si se cuenta con una persona como tú para poder controlarnos a los dos. Jajajaja

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