DRAMAS Y CIRCUNSTANCIAS



Hoy os traigo, copiado tal cual, el artículo publicado (con el título de referencia) por Victor Küppers, en “SPORT DOMINGO”, del 13 de Abril de 2014, por considerar que nada mejor se podría aportar para tomar consciencia de la importancia relativa de las cosas, y aprender a distinguir lo que es realmente importante y lo que no lo es, y enfrentarnos a nuestros falsos problemas y a los verdaderos dramas que pretendemos ignorar

Este el texto del artículo:


Miércoles, a las 22:36, estamos fuera de la Champions.
Un amigo me dice: “esto es un drama, estoy hecho polvo”.
No le di con un palo en la cabeza porque no tenía un palo a mano y porque él tiene muy poca cabeza.

Hay una tendencia en muchas personas a hacer un drama de todo; sobre todo de chorradas; nos falta relativizar los problemas y ser menos melones, no hacer un drama por todo y no perder la alegría por tonterías.
Le propongo un ejercicio muy sencillo: haga una lista de todos los problemas, todos; expláyese y desahóguese. Cuando tenga la lista completa separe lo que son dramas de lo que no lo son. La vida tiene dramas, claro que sí, y durísimos. Pero un drama es un fallecimiento, una enfermedad incurable o no tener trabajo ni expectativas de encontrarlo con tres niños en casa. ¡¡Eso son dramas!! Y los dramas, por desgracia, no siempre tienen solución. Hay que sufrirlos y sólo el tiempo atenúa el dolor, pero siempre se vive con el agujero. Cuando uno tiene dramas en su vida tiene todo el derecho del mundo a no sonreír ni transmitir alegría, ¡solo faltaría!.
Pero los que no tenemos dramas en este momento, no tenemos problemas, tenemos circunstancias a resolver, que es otra cosa, y no tenemos derecho a perder la alegría, debería ser un pecado mortal contra la justicia, especialmente cuando hay tantas personas que sufren tanto. Los que no tenemos dramas estamos, en primer lugar, para ayudar a los que sí los tienen, no vale mirar para otro lado, y en segundo lugar, lo mínimo que se nos puede pedir es valorar lo que va bien y no exagerar los problemas.
Yo no quiero decir que haya que ser conformista y resignarse, no, no, hay que ser beligerantes, luchar contra las injusticias, pero es compatible con valorar lo que va bien y no hacer un drama de lo que no. De lo contrario, uno se vuelve intransigente, quejica permanente, y se enfada si la tortilla está fría, si se desconfigura el móvil, o si me ha tocado ventanilla en vez de pasillo.
Una derrota del Barça en Champions es un disgusto, grande, pero no deja de ser más que un problema menor, una circunstancia a resolver. Nunca un drama. Muchas veces al día deberíamos preguntarnos: “por qué no voy chutado?, ¿qué me quita la alegría?”, para no empanarnos con macanadas y aprender a relativizar los problemas, porque los hay y muy gordos,  ¡¡pero son de otro tipo!! 


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